¿Autoestima? ¿Qué es? ¿Qué hay que entender primero acerca de la autoestima? Es un constructo o construcción psicológica que creamos como mecanismo de autocuidado y es útil en la regulación de nuestra capacidad para responder a diversas situaciones y circunstancias. Entonces es una visión muy subjetiva de cómo nos percibimos en relación con el resto de la gente. Esa percepción de mí mismo es Mi Realidad. No es estática Aunque puede estar bien definida por experiencias del pasado, educación, relaciones, logros, desafíos y demás aspectos, no es estática y puede fluctuar de forma circunstancial, pero lo mejor sería lograr reconocerla ampliamente, y así empezar a responder de manera más consciente y cómoda posible. ¿Cómo impacta en tu sentir y comportamiento? Uno de los aspectos más evidentes que se ven impactados por la autoestima, es la seguridad y la confianza con la que te levantas día a día a resolver la vida, moldeando tu capacidad y nuevas experiencias. Como resultado de esto, tendrás una interpretación emocional y psicológica, que te dará la sensación de bienestar y/o intranquilidad. Factores externos que influyen en tu autoestima ¿Puedes tú mismo influir en ella? Sí. primero considerar que puedes ser tú un observador de ti mismo, de tu comportamiento y emociones ante las diversas situaciones de la vida, de cómo tomas decisiones, de cómo respondes a las victorias y a las dificultades, de cómo influyen los demás en tu manera de pensar y creencias. La autoobservación puede ser un modo de cuestionamiento y otras veces un modo de aceptación. ¿Qué influencia tiene la sociedad en la autoestima? El entorno social también moldea la información que afecta tus creencias y pensamientos, por esto mismo, tu autopercepción, así que también es importante que asumas una postura de observador, ya sea desde el cuestionamiento o la aceptación (depende..) pero que, trata de estár atento a cómo filtrar lo que viene de afuera. Son muchos los aspectos sociales que debes observar y filtrar, las normas, los estándares, las relaciones, los discursos, los significados, los conceptos, las expectativas, los estereotipos, los dogmas, etc. ¿Qué influencia tienen las relaciones interpersonales? Las interacciones que resultan de relacionarte con otras personas son bastante útiles en la autoestima, ya que funcionan como espejos en el proceso de conocerte y comprenderte más, pero no son las personas las que te reflejan quién eres, son las relaciones. En ellas puedes ver lo que te duele, lo que te alegra, lo que te reta, lo que aceptas, tus vulnerabilidades, tus fortalezas, tus cualidades y desafíos, etc. De ti depende en qué niveles y en qué áreas de la sociedad te relacionas, por ejemplo, dentro de tu familia, amigos, pareja, lo laboral, académico, o en actividades culturales como artes y deportes, mientras más te relaciones, más te expones a la experiencia de vida. ¿Qué influencia tiene la relación en pareja? Este tipo de relación tiene una influencia bastante significativa en la autoestima de sus integrantes. Hay un mecanismo natural que comienza a construirse desde el inicio, esto es la idealización, generalmente es hacia la otra persona, que hacia la propia relación. En este proceso de idealización, los dos van confiando cómodamente y sin cuestionar, pasan por alto ciertos detalles y se enfocan más en las cualidades o en los puntos de atracción del otro. Uno de los aspectos de la relación de pareja que más impactan en la autoestima, es la Confianza, alrededor de la cual suceden otras muchas formas de relación y situaciones, como el apoyo emocional, la intimidad, las conversaciones, la fidelidad, la amistad, la dependencia, los acuerdos, los planes a futuro, e inclusive la individualidad de cada uno. Si alguno de estos se ve afectado positiva o negativamente, influirá directamente en la autoestima de los dos. ¿Cómo lograr un equilibrio en tu autoestima? Quizá la autoconsciencia siempre será la forma más real de mantener un equilibrio emocional y psicológico, me refiero al hábito constante de reflexión: observar, dudar, aceptar. Aquí lo desmenuzo brevemente. Se observador de tus sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos, reacciones, lenguaje corporal y verbal, que suelen resultar de diversas situaciones y circunstancias. Poner en duda tu realidad y preguntarte ¿Qué sería diferente en tu vida si ejercieras un pequeño cambio? (en tu pensar, en alguna actitud, en algún habito, en tu conversar, en alguna creencia, en tu manera de relacionarte). Recuerda que tu realidad no es estática y puede cambiar constantemente si influyes más conscientemente. Aceptar que hay factores externos que no se cambian ni se controlan pero que te libran de responsabilidad, de estrés y ansiedad. Esto ayudará mucho a mejorar tu capacidad de adaptación a diversas circunstancias y a desarrollar mayor resiliencia recuperándote más rápido a las adversidades y desafíos, reforzando la confianza en tu capacidad para superar obstáculos; también aumentará la paciencia, ya que podrás comprender que algunos resultados y cambios requieren tiempo, disminuyendo la autocrítica y haciéndote menos propenso a culparte por cosas que están fuera de tu alcance; al mismo tiempo podrás mantenerte más enfocado en lo que sí tienes control y lograrás tomar decisiones más acertadas y efectivas. En resumen, la autoestima no es fija ni está determinada. Tienes la capacidad de influir en ella a través de reconocerla y crear más consciencia de cada uno de los aspectos que la componen, y que ya mencionamos anteriormente. Nueva Sección de Cultura, Arte y Ciencia (artículos y noticias) Cómo nace “La Catrina”, un ícono del día de muertos” Mi celebración favorita dentro de nuestras tradiciones en México, es la del día de muertos, y una imagen muy representativa es la icónica Catrina. Aquí te comparto un dato interesante acerca de su creación. La calavera garbancera, como se le nombró en 1910, a la obra (grabado) de José Guadalupe Posada (creador de la Catrina), en el que retrata a una calaca con un sombrero “fastuoso”, lleno de plumas de avestruz, como sátira de las mujeres vanidosas, aparentando un estilo de vida europeo que no les correspondía. “Garbanceros” era el sobrenombre que recibían los indígenas mexicanos